Escribo en las huidas metódicas que añican la siesta…
Un ojo de bronce (al otro lo ciega un almuerzo de aire)
sospecha mis tintas. Pero no le voy a contar.
Enero anda por ahí, sediento, inquietando los trinos,
muriéndose de a poco. Tampoco va a saber…
Ni el sol, créame. Ni el eterno cegador (metáfora retrógrada,
poeta) doblegará mi silencio.
Soy ese hombre en la plaza.
Soy ese tipo que garabatea sus miedos y duelos y hambres en
versos tan ajenos. Ese que se pone de pie, que camina tan simple, que escapa
del olvido, que arroja sus nadas y empieza a vivir…
Prosa-poética-de-nacesinares, que le dicen….
Daniel Alberto Castrillo
Leones-Córdoba-Argentina
