sábado, 30 de mayo de 2009

Mi feria del libro



30.05.2009
PUEDO afirmar que, como escritor, no envidio a nadie y con nadie compito, porque soy yo quien escribe lo mío como lo deseo. Y porque mi campo de creación es el mío también, y en él juego sólo con y contra mí mismo. Escribo para lectores, sean o no escritores. Estoy retirado en mi casa de aquí o allí. No formo parte de grupos amigos o enemigos, y literalmente me la suda la opinión de quienes no respeto. Hago mi trabajo con la sinceridad, el entusiasmo y la intensidad de que soy capaz. No opino sobre otros escritores, aunque tengo admiradores y admirados. En cuanto a los críticos, me parecen inútiles si no se hallan solos también y levantan fronteras previas entre el bien y el mal. No sé, si como dice mi amigo Lobo Antúnez, «el mundo de la literatura está plagado de envidias y de competencias». Yo no intervengo en él. Una vez comprobado que ese era mi destino, impuesto a sangre y fuego, no tuve más remedio que cumplirlo. El resto no me importa.

Antonio Gala / El Mundo