lunes, 26 de octubre de 2009

¿Crisis de los cuarenta?

ESCRIBIR ahora sobre la crisis de los 40 me parece de mal gusto. Es tan difícil llegar a ellos y cuesta tanto, que se quitan las ganas de ponerse a pensar. Yo, como siempre me quité años, no sé si tuve o no esa crisis; ni siquiera si tuve algún día 40. Hoy, tal como están las cosas, me alegra haber superado (¿y casi doblado?) esa edad terrible. Porque agregar una crisis personal a la mundial me parece una redundancia de mal gusto y de peor solución. Será preferible aplazar tal crisis personal para mejor ocasión. Hay dificultades, claro: la una y la otra tardarán en resolverse; la nacional, también. Sobre todo, en España, donde nadie parece darse cuenta de nada. Salvo quienes lo saben, que son la mayoría: qué tristeza. Antes, a los 40, uno se planteaba si había acertado o no; si cabía aún elegir otro camino, otra mujer, otro hombre... Hoy a cualquiera le parece que todo habría sido posible a esa edad en otras circunstancias, cuando un bachecito o un mal badén eran graves problemas. Ahora, no. Ahora la crisis es LA CRISIS. Y lo demás no existe. Sólo se trata de sobrevivir.

Antonio Gala / El Mundo